
El sol asomaba sus primeros rayos
mortecinos un poquito perezoso.
Las estrellas escondían su belleza
nocturna para dar paso al astro rey.
Los pimpollos empezaban a extraer
las lágrimas de sus rociadas corolas
Las aves saltaban de rama en rama
felices por la visión de un nuevo día.
Unos niños andrajosos y sucios yacían
en unos umbrales fríos como su alma.
La gente que andaba por ese camino
miraba impasible esa triste realidad.
Una pareja vivía libre y muy feliz
su amor y surgía así una nueva vida.
Una esperanzadora jornada florecía…
y todo lo dicho surgía mientras dormía.
N.A.M
03/08/08