viernes, 30 de noviembre de 2007
El último día
Amarillez en el alma del paisaje.
El sol lanza al suelo mortecinos
destellos que enfrían a la tierra.
Las flores se ven más mustias
y más cerradas con sus colores
deslucidos por una gran tristeza.
Los pájaros regresan a sus nidos
como agobiados y desalentados
por el asombroso peso de sus alas.
Los árboles pierden hoy sus hojas
que caen fastidiadas en un arenal
que antes era un hermoso pastizal.
Los niños no juegan ni tampoco ríen
porque lucen como acedos adultos
golpeados con sorpresa por la vida.
Camino azorada y no entiendo nada.
¿Por qué el universo se tiñe de gris?
¿Por qué la naturaleza está marchita?
Todos andan como buscando salidas
que no encuentran, como en umbríos
túneles. ¿Es acaso el principio del fin?
Me siento mareada,aturdida,hundida
en una nada que yo no puedo explicar.
Miro los rostros abatidos y deprimidos
de la gente que enfrento. Nadie se mira.
Todos transitan pesimistas sin conocer
por qué. No hay expresiones de afecto
entre aquellos seres que caminan juntos.
Parecen vacíos, robots con el frío metal
en los corazones. ¿El final del amor?
De pronto todo se desdibuja ante mis ojos.
Nulidad en el mundo. Ni objetos ni gente.
Nos desvanecemos. Es éste el último día...
N.A.M
23/11/07
El día más triste de mi vida
Hoy es 24 de noviembre de 2007.
Hace exactamente diecisiete años
viví el día más triste de mi vida:
el fallecimiento de mi amado padre.
Lo revivo con idénticas sensaciones
de impotencia,de dolor y sorpresa
porque él con su optimismo de vivir
parecía que sería un hombre inmortal.
Me hace daño recordar sus últimas
imágenes,muy deprimido,exangüe,
consciente de la llegada de su final
del camino en este difícil universo.
Se despidió como hacen los grandes
pues en señal de despedida él estiró
su mano hacia mí con una mueca
de honda tristeza en su semblante.
Jamás lo olvidaré aunque transcurran
muchísimos años pues él fue ejemplo
de un padre que se jugó diariamente
por sus hijos y todo lo hizo muy bien.
A modo de homenaje en esta fecha
funesta quise escribir estas palabras
que, aunque no las lea delante de mí,
seguro en el cielo él podrá escucharlas.
N.A.M
24/11/07
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