domingo, 7 de junio de 2009
En agonía
Tenía muy pocas fuerzas. Yacía exangüe,
ya casi sin tañidos.Comenzó a suspirar
quedo, sin nerviosismo,con la naturalidad
del temido,implacable e inevitable destino.
La postrera noche que estaría en la gélida
penumbra de su cuarto. Estaba en soledad.
Quedaban ya no horas ni minutos... segundos,
sólo segundos.Uno, dos, tres últimos latidos.
Frío intenso y quietud sepulcral irreversible.
El crudelísimo final de una gozosa existencia.
Nada que hacer. En sus ojos, una luminosidad
que le indicaba el terrible paso al más allá.
N.A.M
07/06/09
Ni metafórico ni cercano a algo vivencial. Sólo imaginación…
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