Hola, amigo.Te escribo porque te extraño.
Hoy recordaba nuestros andanzas mundanas
y me invadió fuerte la nostalgia.Yo amaba
estar contigo pues juntos nos cobijábamos
del frío e íbamos a diario por algo de comida.
Hasta a veces,increíblemente, nos enfrentamos,
no por disputas personales sino por una canina
preciosa que ambos queríamos poder conquistar.
Sí,eran gratos esos momentos.Una gran emoción
se apodera de mí al recordar esa vieja situación
de mi existir pero ahora yo poseo un dulce hogar
y esto no se paga con oro ni con el mejor paseo.
Te lo digo para que no pienses que me he borrado.
No, no es así. Simplemente una tierna mujercita
cierto día me invitó a entrar a su bonita casita
y no pude resistir la tentación de tratar de conocer
otra vida, distinta a la que nosotros llevábamos.
Mis amos son muy buenos conmigo.Recibo amor,
protección, amparo, dicha, agua, comida y calor
de hogar. Sé que me entenderás y seguro podrás
perdonarme (aunque creo no debes estar enojado).
Espero que el joven de la otra cuadra, el abogado
que siempre nos daba alimento, te haya adoptado.
Supongo que es así, es lo mejor que más quiero.
P.D: Ven a visitarme (con o sin dueño).Mis amos no tendrán problema si vienes a charlar y jugar conmigo.
N.A.M
03/01/09
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