miércoles, 18 de julio de 2007
Noviembre sombrío
Noviembre, de sólo a ti nombrarte
una profunda congoja me aqueja
porque a tu nombre yo lo asocio
con la siesta más triste de mi vida.
Un 24 de este mes hace casi quince
años, uno de mis más caros afectos,
mi padre, abandonó esta tierra
para alojarse al lado del gran Señor
que lo llamó para que le hiciera
una grata compañía. Su partida
muy lacerante herida dejó en mí
y en todos aquellos que lo quisimos
y aún lo queremos pues sentimos
que un ser tan grandioso como él
jamás se olvidará por sus virtudes,
por su sincero optimismo de vivir,
por su cariño, por su viril grandeza,
por todos los buenísimos ejemplos
que dejó en el paso por este mundo,
por ser un buen padre, un buen esposo,
un buen compañero de todos los suyos
y por la honradez, la sinceridad y el amor
que toda su existencia siempre fulguraba.
Noviembre sombrío en mi emotiva alma.
Tristeza y dolor antiguos aún presentes
porque ya no está más a nuestro lado.
Lo único que me consuela es bien saber
que a diario lo descubro en los objetos
que fueron su posesión y en nosotros
también porque él la historia de su vida
entera nos dejó en nuestros corazones.
N.A.M
11/11/05
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