Hoy me puse prudente a reflexionar
sobre la realidad de los epitafios.
En ellos la gente refleja un retazo
de vida, siempre lo más destacado.
Algunos son muy reacios a pensarlos
pues es asumir que la muerte llega
y con ella la culminación en la tierra
de todo lo que se ha vivido y gozado.
Mi epitafio preferido sería algo así
como: “Aquí yace una mujer sincera,
amiga de sus amigos y esquiva de peleas,
buscadora de saberes y de sus deberes
siempre muy conciente pues su actitud
ante la vida siempre fue comprometida.
Trató de nunca hacer daño a sus queridos
seres aunque a veces se haya equivocado.
Se fue sin despedirse porque ella no deseó
que los que la quisieron se sintieran mal.
Algunos la criticaron,sin dudas,con razón,
mas ella tuvo la intención de dar su corazón.”
Tal vez sea un epitafio muy extenso y denso
pero me gustaría esto en la lápida que cubrirá
mi cuerpo cuando sea sólo cenizas y mi alma
sea morada en la mente de los que me amaron.
N.A.M
09/09/07
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