sábado, 21 de julio de 2007
Quién no soñó alguna vez...
Quién no soñó alguna vez con un orbe distinto
donde no hubiera dolor ni engaño ni rencor.
Quién no soñó alguna vez con poder vivir
sin desconfianza ni soberbia ni desventuras.
Quién no soñó alguna vez con que el amor
fuera la moneda corriente en toda la gente.
Quién no soñó alguna vez con un universo
de paz, sólo con palabras limpias y atentas.
Quién no soñó alguna vez con una libertad
saludable para poder vivir la vida con alegría.
Quién no soñó alguna vez con una felicidad
diaria orlada de sencillez, encanto y bondad.
Quién no soñó alguna vez con total igualdad
de derechos y la ausencia de discriminación.
Quién no soñó alguna vez con la comprensión
de todos los seres humanos que nos circundan.
Quién no soñó alguna vez con que la confianza
en el otro fuera algo recurrente en la sociedad.
Quién no soñó alguna vez con que el optimismo
coronaría el deseo de construir un mundo mejor.
Quién no soñó alguna vez con la purificación
del alma y la mente de todísimos los mortales.
¿Utopía en un mundo en crisis? Quizás así sea
pero soñar no es malo. “Los sueños coexisten
en un tiempo y un espacio. Soñando construimos
nuestras vidas” – reza un bonito pensamiento
de un eximio poeta. ¿Por qué entonces abandonar
los sueños si ellos nos satisfacen nuestras ansias?
Debemos soñar con un mundo mejor pues vivimos
con tanta premura que falta tiempo para crear
ensueños que nos haga sentirnos más vivientes.
N.A.M
04/12/05
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